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Los principios de mi felicidad (parte 1)

Soy ya una adulta, tengo 43 años.  La gente por fin me habla con respeto, de Ud. Con menos burla y mas atención. Lo hacen porque ya mi semblante no es de aquella joven que se veía feliz pero inexperta, que reía y buscaba el lado amable cuando los demás se caían en pedazos por el mundo en que vivimos. La esperanza de todos era que algún día maduraría, que algún día vería los problemas y entendería que la vida no era solo felicidad. Esa es la mirada de la que hablo. Una mirada de saber algo  que yo desconocía y que pronto iba a conocer. De ahí venia esa mirada, "Ja, algún día tu nube se desmoronara"  Ahora asumen que los años me han dado madurez, por eso mi semblante mas adulto y mi comportamiento mas pausado. Ahora soy la adulta en el trabajo y en la calle, con los jovenes y los adultos que por fin me ven como su igual. Me gusta ser tratada con respeto, pero no porque ahora perdiera la esperanza de un mundo mejor, sino porque así debí ser tratada siempre, porque así debemo...

EMPEZAR A SER

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Vuelvo a escribir. Un 27 de Diciembre de 2023. Me siento tan diferente y tan igual al mismo tiempo. Mi cabeza por fin se encontró con todo aquello que alguna vez quise olvidar, con todo lo que en aquellos tiempos de infancia no podía entender, cambiar, resolver. Tengo 43 años y hoy, ayer, estos meses han ido en caída libre, por primera vez he sentido la posibilidad de caer en una crisis nerviosa donde mis sentidos y mi razón explotan, voy tratando se vivir de a poquito, tratando de respirar, tratando de que el mundo no me coma de un solo bocado, dejándome sin nada porque vivir. Prendo una vela, y siento alivio, como si la luz guiara a mi alma hacia un lugar de paz. Respiro y solo encuentro mas agitación, dolor de cabeza, temblor en el ojo y la imposibilidad de saber para donde caminar, hacia donde moverme, que pensar, que sentir. Quizá porque en este momento pienso todo a la vez, siento todo a la vez, camino para todos lados y al final no muevo ni un solo centímetro de mi cuerpo.  ...

Hace dos años.

 Hace dos años,  casí de manera exacta escribí el post anterior.  Han pasado muchas cosas, he podido expresar lo que siento y pienso y con el tiempo he podido adquirir mayor habilidad. Sin embargo esta necesidad de escribir, vuelve a mi. Vuelve porque se presenta un nuevo reto. Ahora no sólo necesito expresar lo que quiero y sie to sino lo que se. Y entonces, el temor regresa, el miedo regresa y el sabotaje, el dolor en el cuerpo y la incomodidad vuelven a mi. Como aquella vez, como tantas veces. Casi empiezo a entender que este proceso vuelve para permitirme crecer, si se pudiese. On mayor habilidad cada vez. Entonces, recordé cuál ha sido la forma más exitosa, menos dolorosa, más hábil de manejar todo de una vez.  Entregarselo a Dios. Aceptar lo que tenga que ser, sabiendo que por ahora soy incapaz de luchar con estas emociones, es soltar todo y concentrarme en mi paso, en mi respiración, en mi momento, aceptar que por ahora nada más puedo hacer, no con estos senti...

Ahora soy adulta...

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Ya soy adulta y aún  no sé cómo manejar la situación. Sentir que no logro expresar lo que siento se traduce realmente en un temor de que lo que exprese no logre ser entendido, al menos de la manera que yo lo quiero expresar. De niña tuve que modificar, suavizar, soltar y disfrazar mis palabras, mis acciones. Todo esto para que mis cercanos pudieran sentirse bien, tranquilos. Como si el huracán que venía arrasando tuviera que disminuir su paso para no devastar.  Siempre considere que decir la verdad era mejor que vivir en una falsa realidad, que escucharla me daría paz,  mucha más paz que tratar de descifrar el disimulo, la incongruencia y la falta de sentido. Al final  termine sin poder decirla  y con miedo a escuchar la de todos los demás. Y no se en que momento paso. Ahora soy adulta y logro entender la generosa paz que te dan la suavidad de las palabras, o la acción consiente que sustituye   el arrebato de la juventud, ahora lo pu...

Propósito de año nuevo: Reducir mi consumo y poner atención a mis verdaderas necesidades.

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Cada nuevo ciclo, crea de manera consciente o inconsciente, un cambio en nuestro sistema interior. Consciente-mente   intentamos mantenernos reflexivos antes los eventos pasados y esperanzados en los eventos por venir. Inconsciente-mente sentimos que ha pasado un año mas y que la suma de años a nuestro cuerpo físico equivale por regla matemática una disminución en tiempo de nuestro paso por el  planeta tierra. Personalmente no sentí este cambio en mi interior; no sentir ese reseteo que acompaña  las 12 campanadas del viejo-nuevo año. La nueva tradición familiar de escribir los deseos para este 2018 quedaron resumidos a tres puntos que siempre tengo en mente y que obedecen a deseos intangibles, incapaces de ser medidos: Dejar que las cosas pasen, ser el observador testigo, y confiar en mi y en el universo.  Sin embargo, algo paso en estos últimos días que me dio la pauta para un deseo mas, el único materialmente comprobable y por ende, capaz de ser ...

Oda a la honestidad.

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A mi me gusta escribir. Me gusta porque puedo dar claridad a mi interior, porque puedo expresar lo que siento, porque puedo dejar plasmado en papel mi evolución a través de los años, pero principalmente, porque así me conozco mas. Pareciera contradictorio al entendido común, pero a mi, los años me han hecho menos honesta. (contrario a la consecuencia natural que te da la madurez.) y digo los años por querer ocultar que quien se ha hecho menos honesta he sido yo. En mi defensa debo argumentar que mi deshonestidad poco tiene que ver acciones que vayan en contra de mis  valores esenciales o en usar la retorica para obtener algo mas. NO en eso sigo  igual. Mi deshonestidad proviene de una falta de atención a mi interior, y una pereza crónica de observar mi verdadero pensar y sentir. La consecuencia lógica se deriva en un actuar automático, una toma de decisiones basada en lo que hubiera hecho yo, cuando realmente me sentía yo (si esto tiene algún sentido) y mi vida se...

Regreso al Hogar (Carta 2)

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Disculpa que este escrito llegue tarde ,   No sé si te sirva  o encuentres consuelo en estas palabras , espero que estés mejor y que sientas mi apoyo y compañía desde lejos. Lo cierto es que  eh pensado en ti y en escribirte , pero como las divinas casualidades de la vida, me siento tan desorientada como creo que te sientes tu, así que me resulta difícil poder brindarte un poco de mi experiencia con relación a salir del embrollo que nos regala la mente. Sabes, a veces pienso que tu y yo somos muy parecidas (es solo mi percepción) al menos en el interior,  quizá por eso siento también, que muchas técnicas no se adecuan a mi, tengo pocas  preguntas  en mi mente y muchas reacciones que me motivan a investigar mi interior,  no por la necesidad de crecimiento, o porque deseo la iluminación, simplemente porque es una acción necesaria que me pide mi interior. No creo mucho en el dialogo, en filosofar, ni en resolver los grandes enigmas unive...